Anita Loos concluyó que
los hombres las prefieren rubias, durante un viaje en tren donde
coincidió con una atractiva mujer rubia que era continuamente
atendida y halagada por todos los hombres del vagón; mientras tanto
Anita Loos portaba su equipaje de arriba a abajo sin recibir ni un
solo ofrecimiento de ayuda.
Ese viaje inspiró el
éxito en 1925 de su libro “Los caballeros las prefieren rubias”,
que décadas más tarde protagonizaría en su versión
cinematográfica la más icónica de todas las rubias, Marilyn
Monroe, interpretando a una aspirante a actriz que obnubilaba a los
hombre con el rubio platino de su cabellera y cuyo objetivo en la
vida no era otro que conseguir un marido millonario que atendiese
todos y cada uno de sus caprichos.
Posteriormente, gran
cantidad de actrices han interpretado el papel de ingenuas rubias,
como Brigitte Bardot, Judy Mollilai o Reese Witherspoon cuyo papel
profundizaba en el estereotipo de la rubia tonta como parte central
de la obra.
Seguramente este
prejuicio ha ido calando en la sociedad, que lo ha ido fortaleciendo
con continuas referencias y bromas que han alimentado el mito de la
ingenuidad de las rubias.
Lo cierto es que no
existe relación alguna entre la pigmentación del cabello con el
coeficiente de inteligencia. Lejos de eso, diversos estudios han
demostrado que el coeficiente intelectual de las mujeres rubias, en
nada es inferior a la media del total. El más bajo nivel del oscuro
pigmento melanina, para nada interviene en la capacidad intelectual
de quien lo posee.
Al final, determinados
prejuicios, son precisamente solo eso, juicios elaborados previamente
al análisis objetivo del asunto.
Según el antropólogo
Desmond Morris:
“Parte del
atractivo de las rubias reside en la delicadeza de su pelo. La
excepcional ligereza de los mechones rubios los hace más suaves al
tacto y, por tanto, más sensuales en los momentos de contacto
personal íntimo…Y hay otra ventaja, ser rubia da una imagen más
infantil que ser morena, lo cual aumenta el atractivo sexual al
transmitir señales de “cuida de mi”. La razón por la que lo
rubio sugiere juventud es que en un gran sector de la humanidad, los
niños cuando son pequeños, suelen ser más claritos que sus padres,
por lo que “ojitos azules” y “ricitos rubios”
indefectiblemente se asocian con la infancia”
Quizás esta opinión
podría ser el contrapunto a que, según otro estudio, los hombres de
18 a 46 años de edad perciben a las morenas como más ,aduras e
inteligentes.
Lo malo es que la
juventud también se asocia con inmadurez y superficialidad. Por eso
otro estudio reveló que el 63% de los hombres escogerían a una
morena para establecer una conversación profunda.
Para que veamos que
manipulable podemos llegar a ser con los prejuicios inducidos por
cánones estéticos establecidos, fijaos en lo que reveló otro
curioso estudio. Se distribuyeron entre un considerable grupo de
hombres tres fotografías de la misma mujer usando pelucas de
diferentes colores. A las de cabello oscuro se les consideró menos
neuróticas que a las pelirrojas, quienes fueron consideradas por el
45% de los hombres como fieras.
En fin… Todo no puede
ser. La apariencia condiciona la opinión de los demás para bien y
para mal. Pero lo más importante es que tu misma sepas tus
verdaderos valores por encima de los puramente estéticos. Esos si
que no varían en función de prejuicios externos.
Seguimos comentando…
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