viernes, 28 de marzo de 2014

Las rubias no somos...





Anita Loos concluyó que los hombres las prefieren rubias, durante un viaje en tren donde coincidió con una atractiva mujer rubia que era continuamente atendida y halagada por todos los hombres del vagón; mientras tanto Anita Loos portaba su equipaje de arriba a abajo sin recibir ni un solo ofrecimiento de ayuda.

Ese viaje inspiró el éxito en 1925 de su libro “Los caballeros las prefieren rubias”, que décadas más tarde protagonizaría en su versión cinematográfica la más icónica de todas las rubias, Marilyn Monroe, interpretando a una aspirante a actriz que obnubilaba a los hombre con el rubio platino de su cabellera y cuyo objetivo en la vida no era otro que conseguir un marido millonario que atendiese todos y cada uno de sus caprichos.

Posteriormente, gran cantidad de actrices han interpretado el papel de ingenuas rubias, como Brigitte Bardot, Judy Mollilai o Reese Witherspoon cuyo papel profundizaba en el estereotipo de la rubia tonta como parte central de la obra.

Seguramente este prejuicio ha ido calando en la sociedad, que lo ha ido fortaleciendo con continuas referencias y bromas que han alimentado el mito de la ingenuidad de las rubias.

Lo cierto es que no existe relación alguna entre la pigmentación del cabello con el coeficiente de inteligencia. Lejos de eso, diversos estudios han demostrado que el coeficiente intelectual de las mujeres rubias, en nada es inferior a la media del total. El más bajo nivel del oscuro pigmento melanina, para nada interviene en la capacidad intelectual de quien lo posee.

Al final, determinados prejuicios, son precisamente solo eso, juicios elaborados previamente al análisis objetivo del asunto.

Según el antropólogo Desmond Morris:

Parte del atractivo de las rubias reside en la delicadeza de su pelo. La excepcional ligereza de los mechones rubios los hace más suaves al tacto y, por tanto, más sensuales en los momentos de contacto personal íntimo…Y hay otra ventaja, ser rubia da una imagen más infantil que ser morena, lo cual aumenta el atractivo sexual al transmitir señales de “cuida de mi”. La razón por la que lo rubio sugiere juventud es que en un gran sector de la humanidad, los niños cuando son pequeños, suelen ser más claritos que sus padres, por lo que “ojitos azules” y “ricitos rubios” indefectiblemente se asocian con la infancia”

Quizás esta opinión podría ser el contrapunto a que, según otro estudio, los hombres de 18 a 46 años de edad perciben a las morenas como más ,aduras e inteligentes.

Lo malo es que la juventud también se asocia con inmadurez y superficialidad. Por eso otro estudio reveló que el 63% de los hombres escogerían a una morena para establecer una conversación profunda.

Para que veamos que manipulable podemos llegar a ser con los prejuicios inducidos por cánones estéticos establecidos, fijaos en lo que reveló otro curioso estudio. Se distribuyeron entre un considerable grupo de hombres tres fotografías de la misma mujer usando pelucas de diferentes colores. A las de cabello oscuro se les consideró menos neuróticas que a las pelirrojas, quienes fueron consideradas por el 45% de los hombres como fieras.

En fin… Todo no puede ser. La apariencia condiciona la opinión de los demás para bien y para mal. Pero lo más importante es que tu misma sepas tus verdaderos valores por encima de los puramente estéticos. Esos si que no varían en función de prejuicios externos.

Seguimos comentando…

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